Renovadores y reparadores.
Los lodos depositados durante largos periodos de tiempo en sedimentos contiguos a las fuentes termales y en los fondos marinos y lacustres están formados esencialmente de arcilla, producto de meteorización de diversas rocas, sobre todo feldespato y micas. Una vez transformados en polvo, son fácilmente arrastrados por corrientes de agua y depositados en los sedimentos en las orillas del río o en el fondo de los mares y lagos.
Los lodos termales utilizados en los productos Boí Thermal son ricos en azufre.
Las características de los lodos termales con azufre son:
Porque limpian la piel en profundidad pero con suavidad, dejan una extraordinaria sensación de confort y reparación en la piel y mejoran su capacidad de protección frente a las agresiones externas.